http://sentirloquedecimos.blogspot.com.ar/

Traductor

mi茅rcoles, 6 de abril de 2016

Pero sobrevivimos

[Tener esa sensaci贸n de felicidad interna, de estar completa. Que me traten de hacer todo el da帽o del mundo y que no puedan, porque no me importa, porque el 煤nico que podr铆a llegar a herirme es 茅l. Eso quiero. No la parte de la dependencia, sino la de la invencibilidad.] 



Pero es s贸lo cuesti贸n de tiempo para que dos almas se enfermen del amor y sus obsesiones. Dolorosamente real. Es tan intenso todo, es una droga tan fuerte que a duras penas reconocemos lo originado en la mente y lo que en verdad sucede.
Y creo no estar invent谩ndolo, a veces lo sentimos. No estoy contando un cuento. En los cuentos no hay celos, se omite la parte de los terceros, las ganas de significar todo para la otra persona y el desesperado miedo a quedarse solo. No hay ego铆smos, lo cu谩l es muy complicado de evitar cuando hubo aunque sea una sola vez, un s贸lo instante en el que sentimos que pod铆amos ejercer control sobre la persona, y que cre铆mos por el m谩s remoto motivo que esa persona nos pertenec铆a. En la vida real nos entregamos sin preguntar, sin tomar precauci贸n, porque no hay precauciones para el amor.. ¿O s铆?. Pensamos que lo 煤nico que tenemos es a esa persona. Llegamos al extremo de pensar que no tenemos vida sin esa persona, hasta que debemos vivir sin ella. Y lo hacemos, nos levantamos de la cama porque la mente nos impulsa, pide que por favor la liberemos de la tortura de los recuerdos que aparecen sin querer, aunque el coraz贸n y la sangre y cada 贸rgano nos pida m谩s de esa droga a la que llamamos amor, y que a veces no podemos obtener, no de la persona que deseamos. Y en ese momento, justo en ese momento en el que sufrimos una abstinencia que no podemos ya arrastrar, colapsamos, pensamos que nos vamos a morir sin ese abrazo, caricia, o beso que anhelamos obtener. Lloramos liberando nuestro ser, la cabeza explota y el cuerpo se satura de emociones, pidiendo a gritos que lo devolvamos a su refugio, a alg煤n refugio donde su dolor no pueda ser recordado ni identificado con nada ajeno a 茅l mismo. Nos sedamos. Nos volvemos adictos a aquello que nos saque del dolor, porque ser铆a insoportable que lo 煤nico que all谩 afuera hace girar al mundo -el amor-, sea lo mismo que nos puede hacer caer a pedazos tanto por dentro como por fuera. Ahogarnos.






Casi siempre en un vaso de agua.
O de vodka.

No hay comentarios:

Publicar un comentario