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lunes, 30 de abril de 2018

Hoy

Hasta ahora todos los años supieron diferenciarse bien uno del otro. Con tiempo logré ver los propósitos, los porqués. Hoy voy descubriendo momento a momento de qué se trata este año, cuál sería el título de este capítulo.
Yo creo que es mi renacimiento. Mi redescubrimiento. Todo lo antiguo sale, para darle lugar a lo nuevo. Por eso los tropiezos, por eso las dudas y la cantidad de preguntas que me agobian.
Hace solo un año solo quería una cosa: además de dedicarme al comienzo de mi futuro, quería tener a esa persona al lado mío y que sea así para siempre, estaba convencida de que era lo único que deseaba para mi, pero como todo, tuvo sus negatividades y yo no pude vivir con ellas, tuve que irme. Y sé que va a ser definitivo. Siento que haberme ido de ahí fue como mudarme. No me arrepiento. No me arrepiento de haberme sentido así de bien, ni de haberme sentido así de mal. Cuánto que me sirvió.. es increíble como uno se puede complementar con alguien de tal manera que cuando se va necesitas un tiempo, el que sea necesario, para reubicarte. También sé que lo voy a volver a ver. O quizás no, quizás sean mis ganas las que hablan. Quizás sea mi anhelo por darle todos los besos que no le di en mucho tiempo, sin que me duela. Y no me duele. No me duele nada dentro de su rincón en mi corazón. Otros rincones sí me duelen. Pero es muy temprano para conclusiones. Quiero seguir cavando.
Ahora, después de pensar que me había encontrado y que tenía mi camino, estoy naciendo de nuevo. Empecé el 2017 con una buena carrera, mi primer novio al que quería muchísimo, encontré trabajo y sabía que no me faltaba nada más. Hoy, 29 de Abril de 2018 ya no sé nada. Dudo de todo el mundo, de todo. Hasta de mi carrera universitaria y de mí. Estoy volviendo a salir, mucho, como cuando era plenamente adolescente, y me emociona y divierte igual que antes de dejar de hacerlo tan seguido. Me estoy volviendo a encontrar en la noche. Entre otros. Me estoy volviendo a encontrar fuera de la comodidad del saber que alguien me va a querer siempre y todos los días. Eso no es fácil de hallar. Es mi renacimiento, tengo que volver a entender y a aprender que me voy a dar muchos, muchos golpes más y que tal vez, la persona que yo quiera en un momento, no me quiera. Es tan extraño querer algo con alguien y que ese alguien quiera otra cosa... y así con otros álguienes. Y que todos sean distintos, y que todos quieran cosas distintas. Tan extraño...
Estoy bastante perdida, sĂ­. Niebla sobra en este Ăşltimo tiempo. Pero sigo, sigo igual porque quiero y tengo que seguir experimentando hasta dar con el punto clave. Lo bueno es que un porcentaje de ese punto sĂ­ lo tengo claro, y lo Ăşnico que me queda es llevarlo a cabo. QuĂ© miedo, ¿no? Cuando no tenĂ©s excusas, cuando llega el momento de hacerlo, de decidir. Cuando llega el momento de dar el paso, y que con ese paso aparezcan tantos terrores, tantas piedras que uno mismo se pone en el camino. Y mucho miedo al quĂ© dirán, sorprendentemente, personas cercanas. Hay a quienes no les pasa. A mĂ­ sĂ­. Es tanto el miedo a que me llamen desagradecida, exagerada y dramática que hasta el momento no me movĂ­ de mi zona de confort. Y el Ăşnico momento en el que estoy dentro de mi mundo es cuando me pongo los auriculares y la mĂşsica muy fuerte y miro para afuera del colectivo. Miro todo. O miro para adentro, no sĂ© bien. En realidad tendrĂ­a que estar mi mundo 24/7. Todo el tiempo. Disfrutando. Menos o más, pero disfrutando.
Escribo seguido, casi siempre. Sobre personas, personas que son importantes para mí, personas que me marcan, personas que me hieren. Experiencias, situaciones sobre las que puedo reflexionar sola. No lo publico, simplemente lo dejo guardado. Pero hoy me escribo a mí, y lo publico. Me quiero hacer mi especie de mapa conceptual para separar, ordenar, desenredar. Para recordarme que deje de desperdiciar el tiempo. Que soy feliz, porque tengo todo lo que necesito. Porque tengo mucho que otros no tienen. Pero no me puedo conformar. No me quiero seguir conformando. Escuché tanto, tanto la frase "y bueno, todo no se puede", que lo creí. Me conformé tanto que ahora quiero creer que todo sí se puede. Que sí podemos ser felices todos los días. Que sí podemos elegir relaciones, trabajo y estudio, y que nos hagan felices. Que podemos irnos de donde no nos sentimos bien. Que hoy estoy y mañana no sé. Que si llego a mi vejez con arrugas y buena memoria, quiero recordar que a mis 20 años hice todo lo que fue necesario para ser feliz. Y que estas lágrimas que siento caer no son en vano. Son para aprender.