http://sentirloquedecimos.blogspot.com.ar/

Traductor

domingo, 4 de marzo de 2012

don't cry

El viernes fui a visitar la primaria a la que iba con unos amigos, y a pesar de que al principio dudaban en dejarnos entrar por ser la primera semana de escuela, al final, nos dejaron y juro que me hizo tan bien... me trajo los recuerdos más lindos que tengo hasta ahora en mi vida. Entramos al hall, donde formábamos, y me acordĂ© de todas esas mañanas con sueño en las que llegabamos y nos quedabamos sentados en el piso hablando hasta que tocara el timbre de formaciĂłn, los recreos ahi adentro los dĂ­as de lluvia. Salimos al patio, y nos quedamos hablando con Sandra, una maestra que tuvimos en 4to, y 7mo grado, a la cual queremos mucho, unas de las pocas que se quedaron, y ahi estábamos, hablando, compartiendo un momento más que va a quedar en nuestras memorias, reviviendo el pasado, y contandole cosas nuevas del presente, y nuestros ex compañeros, incluso nuestros miedos a futuro y nuestras alegrĂ­as; porque es una de las Ăşnicas maestras que durante toda la primaria nos diĂł lugar a expresarnos, y contarle si tenĂ­amos algĂşn problema, lista para escucharlos y hacernos reir con sus extraños tĂ©rminos como ''chuchiiiiii!'' o ''abre tu mente ♪'' o simplemente su exagerada risa que siempre nos sacaba una sonrisa. De verdad la aprecio mucho.
No llegamos a visitar el piso de arriba, ni los pasillos de abajo, pero pienso que si lo hubiĂ©ramos hecho, hubiese quebrado en llanto, es un lugar que me trae los momentos más cercanos del ultimo tiempo, y donde tuve más memoria, por eso quedaron tan grabados en mĂ­. Porque en ningĂşn lugar lo habĂ­a pasado tan bien, ni hubiera aprendido tanto sobre todo, simplemente no sĂ© por donde empezar a recordar ni a describir porque es tanto lo que se me viene a la mente cuando pienso en aquella escuela... la Ăşltima vez que la habĂ­a visitado, fue en octubre, y unos meses antes tambiĂ©n fui, esos dĂ­as si recorrimos todo, y pasamos por el comedor, y me acordĂ© de todas esas guerras de comida, de pan mojado, los retos de las maestras, todas las veces que nos hundimos en una 'misiĂłn imposible' cuya meta era llegar al otro lado del comedor para entregarle un papel a alguien por el cual estaban hablando sin que las 'seños' te vean. DespuĂ©s en el baño de abajo, todas esas guerras de agua, donde la idea era no ser mojado porque si te mojabas el delantal te arriesgabas a un buen castigo y/o reto de las maestras que aunque hicieran 40 grados de calor no te dejaban tirarte una gota de agua encima, todas esas veces que salimos del comedor al recreo, y nos metĂ­amos al baño para ver si estabamos peinadas o presentables despues de que te haya caido mandarina en la cabeza por una guerra entre todos. El patio, bueno, el patio, es el patio, el lugar mas llamativo de la escuela, junto con el campito, un espacio donde quedaron guardadas miles de charlas, de canciones que escuchabamos en los recreos, de caminatas o ''corridas'', de peleas y enojos, tristeza y llanto, soledad y diversiĂłn, un espacio donde sentĂ­amos la libertad mas linda del mundo -o al menos yo-, era salir al recreo lleno de alegrĂ­a, con la vianda vacĂ­a en la mano, un paquete de galletitas, un libro para leer, la tarea de la materia que te habĂ­as olvidado de hacer, o a veces algo para estudiar. Era un espacio de recreaciĂłn, en el que los Ăşltimos años habĂ­amos estado pintando el piso y las paredes, y habĂ­amos enseñado a niños menores a jugar con los juegos que habĂ­amos diseñado. Vi el mástil y los canteros, y esa esquina que parece una selva con todas esas plantas, y me acordĂ© de todas esas charlas y abrazos, sentados uno a cada lado del escalĂłn donde se hallaba la bandera izada, (o como se escriba) cuando movĂ­amos los bancos de acá para allá hasta concordar donde iban a quedar, y nos quedabamos sentados hablando y pasando un buen rato, un rato que se iba a quedar para siempre..
SubĂ­ las escaleras y pase por el salĂłn de actos, que tambiĂ©n era el salĂłn de mĂşsica, donde cantamos himnos, hicimos homenajes, y nos dieron los diplomas de 'egresados 2010'. SeguĂ­ caminando y lleguĂ© a los pasillos, entrĂ© en las aulas, se respiraba casi el mismo aire de cuando asistĂ­amos allĂ­, me vinieron tantas sensaciones inexplicables y una angustia incomparable que necesitaba volver a sentir, y me acordĂ© de las horas libres, donde ''hacĂ­amos lo que querĂ­amos'', las lecturas en voz alta, las tareas y los trabajos, las charlas por papel y los intentos por arreglar cosas que nos molestaban de cada uno, las veces que asistimos a talleres en esas aulas, compartiendo espacio con chicos de otros grados, gente que querĂ­amos y tal vez pasaban por lo mismo que nosotros... la biblioteca, la sala de computaciĂłn, en los que a veces rogábamos que toque el timbre para huir de ahĂ­, u otras nos dormiamos en la mesa mirando una pelicula o esuchando un cuento relatado por las maestras, o por nosotros mismos, donde tambiĂ©n se hizo el taller de 'cine', al cual todos querĂ­amos asistir porque no haciamos más que mirar pelĂ­culas y escribir en láminas las conclusiones, y nos pasábamos 2 horas sentados haciendo mas o menos nada.
Más adelante, el taller de plástica, donde pintábamos y dibujabamos, el cual era como una hora libre porque era divertido hacerlo.
Y un poco más adelante, el enorme y oscuro pasillo, donde se hallaban las aulas de 4to, 5to, y 3ro si no me equivoco (cambiaron tantas veces), donde pasé otros agradables momentos siendo más chica, aulas de las cuales nos daba miedo salir los días de lluvia porque la mayoría de las veces se cortaba la luz y ese pasillo parece interminable cuando se siente el eco de tu caminar, y sentis que te sigue alguien, o solo el silencio de aquél baño en el que solo se escuchan pasar los autos por la autopista, entonces te miras al espejo 3 segundos y salís corriendo como si alguien estuviera detrás de vos, y llegar al aula nuevamente fuera toda una salvación, y te agrada estar en compañía otra vez.
Me quedarĂ­a toda la noche escribiendo porque simplemente no hay palabras ni texto que describa todo lo que vivĂ­ en aquĂ©l colegio, teniendo 9 años cuando entrĂ©, siendo una completa extraña y sin saber que lo que iba a pasar por el resto de los 4 años allĂ­. Si pudiera pedir un deseo serĂ­a no haber terminado la primaria nunca y seguir ahi, creando momentos que no se olvidarĂ­an, pero la vida es asĂ­, y uno crece, eso formo parte de mi vida y estoy absolutamente segura de que no lo voy a olvidar nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario