Como ¿por qué dejamos a esa persona que tanto queremos, morir? ¿Por qué nos encerramos en pensamientos tan necios, tan poco lógicos?
Anoche me pasĂł algo que no me pasaba hace mucho tiempo, y me tocĂł demasiado.
Anoche mi inconsciente perdió algo y descubrió algo también. Anoche sentà la angustia apoderarse de mà como pocas veces.
Anoche recordĂ© lo que es necesitar a alguien. Tanto tanto que me sentĂ© llorando, rodeando el torso con mis propios brazos. Decepcionada, de cĂłmo antes no me habĂa dado cuenta de la tragedia que mi cuerpo habĂa enfrentado. HabĂa sufrido una pĂ©rdida tan grande que mi cabeza no quiso afrontarlo. Pero una noche me lo nombraron y todo se me derrumbĂł. Me preguntĂ© por quĂ© habĂa sido tan idiota de no haberlo abrazado antes, dicho 'te amo' u al menos pegarle una cachetada demostrándole el enojo que me habĂan causado sus pendejadas. Ni eso. El Ăşnico remedio que me quedaba era escuchar a mis amigas. Una me dijo "por quĂ© no le escribis como vos sabes?". Y eso hice. Pero en el momento en que me sentĂ© delante de la computadora creĂ que me iba a desvanecer. Cuánta falta puede hacer una persona.. En ese instante me era imposible aguantarlo ya, el dolor era tan fuerte que me molestaba llorar, no querĂa hacerlo más; pero sin embargo mis recuerdos me traĂan a la vista todos los momentos en los que esa persona me hizo bien, y yo me se sentĂa en falta. PodĂa ver que nada, nada tenĂa sentido ni lo iba a recobrar jamás. Todo porque esa persona marcĂł 10 años de mi corta vida y me demostrĂł y cuidĂł más que personas que me vieron caer un millĂłn de veces.
AsĂ los dĂas pasaban y nadie podĂa entender el dolor que sentĂa mi cuerpo. Me sentĂa muerta por dentro. Todo por el estĂşpido capricho de hacerle pagar con la misma moneda, y alejarme. Ahora lo querĂa mas cerca que nunca, y no podĂa. No podĂa tener nunca más ese abrazo que me protegĂa y me llenaba de paz. Mi vida parecĂa destinada a ser triste, no veĂa salida absoluta.
Muy, muy afortunadamente, de vuelta en la realidad mis ojos se abrieron y mirĂ© por la ventana de mi cuarto. MirĂ© el celular: las 10am. Mi corazĂłn latiendo fuerte y mi cabeza preguntándose si hoy iba a ser un dĂa más sin verle la sonrisa, sin su compañĂa. Puse mi antebrazo sobre mi frente mientras trataba de acordarme.. la noche anterior no habĂa llegado con amigas a mi casa, habĂa llegado sola, y jamás se me habĂa ido la borrachera, porque no me habĂa emborrachado. Eso querĂa decir que nunca me puse a llorar por la muerte de nadie. Lo que querĂa decir que todo estaba bien. Y entonces sĂ, me puse a llorar liberando la presiĂłn que mágicamente habĂa aparecido en mi garganta, ese maldito nudo que me hizo pensar y decir "Âżhace falta hacer morir a una persona en nuestras vidas para darnos cuenta que no podemos vivir sin ella?". Y como la respuesta fue no, abrĂ el whatsapp, y le hablĂ©.