No lo pasé acá antes por colgada, pero me dieron ganas de compartirlo.
Mi corona y hebillas en el baño, mi pelo duro pero desenredado como antes, paquetes, bolsas, sobres y regalos desparramados por todo el comedor, mi vestido en la cama. No tengo sueño, y la felicidad desborda. Fue todo tan lindo!..
Aunque previamente pasé mucho estrés, angustia, enojo, nervios, miedo y derivados, juro que no hay sensación más linda (y desesperante debo admitir) que estar escondida en una oficina de 2x2 y escuchar la voz de tus amigos al entrar, sus críticas sobre mí, sobre como estaré, sus risas.. Simplemente ser el motivo por el cuál algunas personas volvieron a encontrarse y pasarlo tan bien como antes me llenó el alma.
En ningún momento sentí nervios, aunque temblar porque empezó a sonar 'Beautiful-Christina Aguilera' fue sumamente emocionante. Ver como todos esperaban parados, con cámaras, aplaudiendo, gritando y sonriendo no tiene precio, y no por ser el centro de atención, sino porque sentí una calidez que pocas veces, o nunca sentí. No había tomado conciencia de que ahí estaría toda la gente que quiero y me quiere y me vió crecer, fue increíble ver a todos juntos, es realmente agradable. Estar con mis amigos fue lo mejor que me pasó; bailar con ellos, reírme, abrazarlos, gritar y descontrolar me daban ganas de que no terminara nunca, pero nunca, ellos simplemente son mi razón. Adoro que todos me hayan dicho una palabra de aliento para no detenerme en ningún momento, antes, durante, y después, y que hayan hecho lo posible para hacerme disfrutar de absolutamente todo.
Amé saber que después de "sufrir tanto" con cada ensayo, de canto, y la coreografía con mis amigas haya salido tan bien. Tener a mis amigas más cercanas bailando al mismo tiempo que yo, enfrentando todas esas miradas conmigo, dándome fuerza, es realmente impagable. Mientras bailaba recordaba los pocos pero "bastante duros" ensayos que hicimos, no me arrepiento de la elección que hice, porque cada viernes las tenía a ellas en mi casa subiéndome el ánimo y enseñándome mucho de danza también, me hicieron reír como nadie y disfrutar hasta el momento en el que lloré porque la coreografía no me salía bien.
Sería muy injusta al no decir que fue la mejor noche de mi vida, anterior a la fiesta temía no poder decirlo; pero verdaderamente, sin compromiso, creo que fue una de las mejores noches.
Infinitas gracias, de verdad.